Un seguro para el hogar nos puede sacar de más de un apuro

2020 sin duda ha sido un año atípico. Debido a la pandemia por Covid 19 estuvimos mucho más tiempo en casa y tomamos conciencia de la necesidad de contar con un respaldo en el momento de tener algún accidente doméstico, un robo o desperfecto que pudiera ocasionar un mal mayor a la propiedad, su contenido y sus habitantes.

Una opción para estar protegidos son los seguros para el hogar. Aunque no son obligatorios, son necesarios y útiles a la hora de proteger nuestra casa y los bienes que contiene.

Si salimos de vacaciones o permanecemos en nuestro hogar, lo ideal es descansar con la tranquilidad no solo de tener quién responda ante un eventual robo, sino de contar con servicios adicionales como cerrajería de emergencia, plomería, electricistas entre otros.

La solución no es nueva. Los seguros para el hogar siempre existieron, aunque no son demasiado populares en el momento de armar el presupuesto mensual del que disponemos.

Es conveniente tener en cuenta que suelen ser de bajo costo, aunque claro está, a más coberturas, más precio. Sin embargo, solo es necesario contratar un seguro para el hogar acorde a las necesidades particulares, considerando las opciones que se acomoden a nuestro presupuesto.

El seguro para el hogar no es un gasto más. Hay que considerarlo como una solución a un imprevisto que puede arruinarnos económicamente.

Por ejemplo, con la cobertura contratada en la póliza, podemos estar cubiertos ante la demanda de un tercero por la responsabilidad civil de los daños provocados involuntariamente, o ante un incendio imprevisto o destrozos provocados por una tormenta Además el disponer de servicios adicionales, nos da una tranquilidad que en el momento de un siniestro es muy valorado.

También hay que considerar que más allá de asegurar la vivienda, la contratación de este tipo de seguro contempla una serie de beneficios vinculados a detalles importantes del hogar y la vida familiar.

Un seguro puede ser diferente de otro, dependiendo de la compañía que expida la póliza o de las necesidades del asegurado. En todo caso, el asegurado podrá encontrar una póliza adecuada para su necesidad y su bolsillo, y adicionalmente, podrá contratar las coberturas que desee.

Tres puntos resumen el alcance de una póliza: responsabilidad civil, contenido y continente. El seguro para el hogar, es un producto especializado que ofrece el sector asegurador. Busca proteger la vivienda y todos sus contenidos, contra casi cualquier eventualidad.

Gracias a la libre competencia del mercado asegurador, se ofrecen ingeniosas coberturas con precios cada vez más al alcance del consumidor y formas de pago pensando en la comodidad del asegurado.

Algunas aseguradoras combinan diferentes coberturas con un importante conjunto de servicios adicionales sin cargo. Se trata de productos pensados tanto para propietarios de viviendas como para inquilinos y que contemplan desde incendio, robo o hurto, daños por agua, rotura de cristales hasta un seguro para mascotas, bicicletas y artículos deportivos, accidentes personales, teléfonos celulares, artículos tecnológicos, entre otros tantos.

Básicamente para elegir el mejor seguro según nuestras necesidades podemos tener en cuenta los siguientes pasos:

  1. Comparar ofertas

Lo primero que tenemos que hacer para contratar un seguro es comparar coberturas y precios de diferentes ofertas, para ver cuál puede interesarnos más. Podemos solicitar el asesoramiento de un Productor Asesor de seguros, o bien hacer un análisis propio de las ofertas del mercado.

  1. Informarnos sobre algunos términos y aspectos que intervienen en un seguro

Los contratos de seguros tienen diferentes figuras que pueden ser partes implicadas y que conviene conocer.

Aseguradora: es la entidad especializada en el seguro, cuya actividad consiste en cubrir determinados riesgos económicos a sus clientes.

El Productor Asesor de Seguros (PAS): es el profesional que te asesora y personaliza tus pólizas de acuerdo a tus necesidades, si deseas el mejor servicio y una oferta personalizada es la mejor opción.

Tomador: la titularidad del contrato corresponde a esta figura, la del tomador del seguro. Es quien lo contrata y tiene deberes y obligaciones contractuales. Entre estos, hay pagar la prima, modificar y anular la póliza.

Asegurado: es la figura que queda cubierta por la póliza, ya sea a título personal como persona física o sus bienes. El asegurado es quien cobrará la indemnización en caso de producirse el siniestro asegurado. Normalmente, el asegurado es el tomador de la póliza.

Beneficiario: depende del tipo de seguro, el tomador puede designar a un beneficiario que le corresponderá por derecho recibir la indemnización si al asegurado le pasara algo. Normalmente, la figura del beneficiario se encuentra en los seguros de vida, accidentes o financieros.

Póliza: es el documento que acredita el contrato del seguro entre el tomador y la compañía aseguradora. Es un contrato que responde a las características del asegurado, dónde aparecen las condiciones generales –del tipo de seguro que es- y las condiciones particulares –con las coberturas específicas contratadas-.

Coberturas: son lo más importante a analizar para contratar un seguro.  Hay que determinar bien cuál es el o los riesgos a los que estamos expuestos y qué coberturas nos interesan contratar para que la indemnización cubra los daños, llegado el caso de un siniestro.

Franquicia: no es más que un acuerdo entre el tomador y la aseguradora, en el que cada una de las partes se responsabiliza de un porcentaje de la indemnización si hay un accidente. La parte del tomador será un porcentaje pequeño, comparado con el que deberá hacerse cargo la compañía de seguros.

La franquicia de un seguro puede fijarse en dinero o en tiempo. La franquicia de tiempo se denomina, en el lenguaje asegurador, carencia. Sería el caso de los seguros de personas que tienen franquicias temporales porque implican la no indemnización de un primer período inmediato si ocurre el accidente. 

  1. Elegir el mejor seguro

Hay diversos tipos de seguros (auto, moto, hogar, vida, salud, entre otros), pero de cada tipo pueden surgir muchas pólizas diferentes. Por eso, es imprescindible elegir el seguro adecuado a las necesidades reales del asegurado.

  1. Comprobar los elementos que fijarán el precio final del seguro

Fijarse sólo en el seguro que ofrece el precio más bajo no es la mejor opción. Porque probablemente cuando nos enfrentemos a determinado accidente, ese seguro no nos cubrirá, y tendremos que pagar de nuestro bolsillo. Por eso lo mejor es primero analizar los riesgos a los que podemos estar expuestos, y luego buscar las coberturas adecuadas al mejor precio.

  1. Repasar el contenido de la póliza

Una vez elegido el seguro y con la propuesta de póliza, tenemos que leerla con atención. Si tenemos alguna duda, podemos acudir a un Productor Asesor de seguros para que nos guíe con profesionalidad y confianza.

Repasemos la póliza teniendo en cuenta los siguientes aspectos:

  • Verificar que nuestros datos personalessean correctos.
  • Repasar las cláusulas generales y, sobre todo, las particulares.
  • Verificar que el riesgo y los capitales aseguradosson los adecuados a nuestras necesidades.
  • Mirar cuál es el importe de la prima, los recargos e impuestos.
  • Comprobar el vencimientode la prima y la forma de pago.
  • Certificar el día de inicio del contrato y la duración. Así, como, los períodos de carencia, y cuando firmemos el contrato, pedir una copia de la póliza.